domingo, 22 de febrero de 2009

Los que intervienen en la industria editorial



Alguna época de mi niñez quise ser escritora (cuando uno quiere ser, literalmente, de todo) por fortuna ahora sé que quiero ser periodista, profesión que sin duda, no está desvinculada de la industria editorial.
De cualquier forma, si hubiera decidido ser escritora de novelas o de cuentos, o si sigo por el buen camino y en algún momento pretendo publicar un reportaje, ahora conozco el proceso a seguir.

En Guía para la publicación de libros, Datus C. Smith Jr. destaca la labor de cuatro personajes (que en ocaciones puede ser una sola persona) dentro del proceso de publicación de un libro, éstos son el autor, el impresor, el vendedor y el editor. Pero antes de adentrarnos en esto es importante retomar un tema que el mismo autor señala: la importancia de la industria editorial en un país.

Si el gobierno de un país toma conciencia de lo importante que los libros resultan en el proceso de formación y educación de la sociedad, lo más lógico sería que impulse la industria editorial nacional. No como en caso de México y Latinoamérica, que como ya revisamos con Monsiváis, éstos países han dejado de lado las medidas proteccionistas en este rubro.

Pero además de fomentar la lectura, sería importante consolidar una industria nacional porque no basta con que se tenga acceso a publicaciones extranjeras, es necesario tener una industria propia para alentar a talentos nacionales, para propagar la cultura y la historia e incluso también un sentimiento patriótico.

De hecho, el autor plantea algo que me parece muy interesante: la creación de una industria editorial regional entre naciones del mismo idioma y pone el ejemplo de la UNESCO que creó un proyecto para la publicación de textos escolares en francés que se distribuirían Camerún, Gabón, Zaire, Chad y la República Centroafricana.

Ahora pasemos a lo que ocurre cuando un libro se va a publicar.

Publicar un libro, es un trabajo en equipo; si bien el autor siempre se lleva todo el crédito, debemos reconocer el arduo trabajo que hacen el editor, el impresor y quien se encarga de comercializar el libro, de venderlo.

El autor es el inventor, es quien elabora el manuscrito y al decidir copartir su trabajo es justo que reciba una ganancia por ello. Precisamente por esta razón existen leyes como Copyright, que protegen la labor del creador, ya que la piratería comercializa con su obra sin pagarle al autor.

Pero antes de que se intente piratear el libro, antes de todo,el autor firma un contrato con el editor, quien se encarga de coordinar los pasos siguientes que son llevar a publicar el libro y posteriormente venderlo.

El impresor recibe el manuscrito de manos del editor, lo único que le compete, por lo regular, es fabricar el libro, él no depende de las ventas de la obra, como es el caso del autor y el editor, el sólo se encarga de imprimir el libro, por supuesto, es el editor quien se encarga de pagarle por su labor.

Ahora, el vendedor recibe los libros por manos del editor, los compra más baratos que el precio en que los lectores comprarán el libro de la tienda.

Como ya hemos visto, es el editor quien organiza toda esta empresa, mantiene pláticas con el autor sobre la obra, sobre el mercado al que el libro será dirigido, sobre las fechas en que saldrá a la venta, y es el contacto del autor con los otros dos perosnajes: impresor y vendedor.

También se encarga de aportar el capital necesario, contrata los servicios de traductores, dibujantes y especialistas, de supervisar la impresión, de promocionar y conseguir los mercados potenciales, en fin, juega un papel central en el proceso.

Hay que tener muy en cuenta, que a pesar de lo sintetizado de este proceso, no es tan simple como parece. Para empezar, no cualquiera puede hacer un libro ¡y ya! llevárselo a un editor, que éste se encargue de todo y sentarse a esperar por las ganacias. Es muy complicado conseguir un editor si no eres un escritor reconocido o con influencias, y, en el caso del editor, me imagino que si tampoco es un editor reconocido, no le será facil conseguir el financiamiento.

Despúes, el proceso de impresión no es tan fácil como parece, ya que pueden haber muchos contratiempos, como los miles de errores en el manuscrito que de nuevo echarán abajo la impresión. Luego, conseguir los mercados potenciales no parece cosa simple, y ahora sí, por último: ¿quiénes leerán el libro?

El autor y editor, esperarán que muchos lean el libro, pero ¡claro! muchos, es un decir, porque para que la industria editorial crezca se necesita también que el sector de lectores crezca. No basta con hacer crecer la industria si los lectores siguen siendo minoría.










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